Finnis et voluptâs (fin del placer)

Querida, soy tuyo, pero pronto... dejaré de serlo. Es inevitable. Desearía que esto no pase, pero ya es tarde. Tomé la decisión equivocada y ya no puedo hacer nada al respecto. Te llevaran a Bedlam... No estarás cómoda, ni a gusto, ni con ganas de seguir viviendo, tal como yo. 

Que no podamos estar juntos es horrible para mí. Todo perdería su sentido.Si no estás, Yo ya no sentiría lo mismo de antes. Ya no sentiría amor ni disfrutaría el placer. Ya no sentiría la esencia del perfume francés que siempre te escolta. Dejaría de sentirme satisfecho por la sangre. Dejaría de sentir su tierno sabor y su suave textura. Dejaría de sentir placer al ver tu rostro cubierto de ella, Cariño. Olvidaría el mayor placer que alguna vez encontré y disfruté. Y el vino, que al beberlo, culpa de tus colmillos, se deslizó fuera  de tu boca y bajo por tu cuello hasta tu pecho. Ya no sería magnifico. Sería como beber agua de un charco.

Sin tí, el sonido del acordeón que tanto disfrutaba, ya no sería más que ruido. No sería más que el desagradable ruido de un bobo instrumento. Que fue usado por ti para hacerme feliz cuando querías que lo fuera.

Dejaría de ver a la Luna por que en ella vería tu rostro y perdería la razón. Dejaría de ver a la Luna para no tratar de olvidarte. Dejaría de ver a la Luna y a sus estrellas que, con sus brillantes trajes blancos, toman su luz blanca y con un blanco destello, presumen frente a nuestras grises caras tratando de que, indignadamente, tomemos nuestras grises almas y nuestras grises sombras, y caminemos por el frío invierno.

Quisiera saber, Lucy. Quisiera saber, Cariño, si esa orquidea carmesí seguiría de ese tan vivo color, si no fuera porque tú no estás. Esa orquídea sería gris si tus pupilas dejaran de admirarla cuando nos sonríe con sus preciosos pétalos, o se convertiría en la sombra de un demonio horrible que disfruta asesinando a otras flores que belleza contagian, volviéndolas grises.

Cariño, aquí, ya todo es gris. No puede dejar de serlo. Si estás tu aquí, te volverías gris también. Tanto como yo ya me he vuelto.

Luís De la Maza (Laulieth)

 Martes, 17 de Mayo. 2009