Mirage
(no me gusta el naranjo)
lunes, 19 de mayo de 2014
martes, 30 de abril de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
martes, 16 de abril de 2013
lunes, 25 de marzo de 2013
La diferencia entre Oír y Escuchar
A menudo nos encontramos enfrentando una gran cantidad de interrogantes de todo tipo, en especial aquellas que no han sido resueltas, el gran porqué de las cosas, por ejemplo, o que son familiares con el ocio de divagar, como el incógnito nombre del aroma de la tierra húmeda después de un día de lluvia o el nombre de esa canción que escuché por la calle y ahora tengo dando vueltas en la cabeza. Esto corresponde a gran parte de nuestra vida diaria y a cómo desplegamos nuestros sentidos, pero la atención que ponemos en ello, hacia dónde la dirigimos y cómo lo hacemos es lo que verdaderamente importa cuando tratamos de sentir y entender lo que nos dice nuestro entorno, igualmente como cuando nos tratamos de dar a entender; básicamente todo tiene distinto significado dependiendo del punto de vista con el que se lo analice.
Nuestra habilidad para percibir cosas se basa principalmente en el estado de nuestros órganos sensoriales; mientras mejor sea su estado, mejores son nuestros sentidos, pero este no es el único factor. Es natural que debamos poner en práctica la mezcla de algunos sentidos para mejorar nuestra comprensión de forma general y así entender lo que nos rodea cada día y, gracias a esto, ser capaces de entender el sentido y el trasfondo de lo que escuchamos en general, ya sea en una conversación casual, en una reunión, en un concierto y en cualquier caso. Más allá de esto, depende de nuestra predisposición por adquirir esta información y comprenderla. Podemos dejar a un sordo escuchando música, a un ciego viéndola y a un mudo cantando porque creemos y estamos demasiado acostumbrados a pensar que un sordo no oye, que un ciego no ve y que un mudo no habla, no se comunica como la mayoría de las personas, ergo, no se expresa, y eso está mal. Debemos aprender que el sonido no es lo que se escucha, ya que se puede sentir: son vibraciones, movimientos e imágenes. Es expresión.
Si nos posicionamos más particularmente dentro de lo desordenado que puede parecer este tema, es sumamente necesario considerar que no todo está destinado a cualquier clase de audiencia, pues reconocemos factores específicos que detallan y simplifican nuestra posición como emisores y receptores; podemos usar terminología avanzada siempre y cuando el público la maneje y comprenda, sino todo lo que digamos puede tender y contribuir al caos de una charla trunca y, probablemente, mal organizada. Entonces la interpretación auditiva va más allá de la audición, pues involucra catarsis, sinestesia y sentimientos propios, siendo su significando diferente para quién escuche.
El músico, al mirar una partitura, lee música de la misma forma que cualquier persona lee un libro. Ambos saben que lo que ven ahí tiene un significado y una sonoridad en particular, pero a diferencia de un libro, las partituras dicen cómo se debe interpretar lo que ahí sale escrito, con qué fuerza ejecutar la nota, cuánto debe durar, cuantas veces hay que repetirla, qué parte del instrumento usar, etc. En un libro conseguimos que salga lo que el escritor quiso que saliera, pero la entonación, la identidad de las frases, la carga emocional y todo lo demás, depende de nosotros. Somos nosotros, los lectores y los oyentes los que damos la identidad a lo que decimos y escuchamos, dentro de la relativa capacidad de comprender, y esta es la importancia que nos brinda conocer la diferencia entre oír y escuchar: mejorar el entendimiento.
jueves, 22 de noviembre de 2012
domingo, 21 de agosto de 2011
El problema que tenemos los escritores
Nosotros, como escritores, solemos vivir en un mundo realista, pero de fantasía, donde las cosas son sinceras y todo lo que sale por nuestra boca es analizado profundamente varias veces. Si bien nos preocupamos de lo que decimos, para que tenga una sonoridad agradable, no andamos adornando todo lo que decimos y la gente no entiende eso, ni siquiera nuestros amigos. Que digamos cosas metafóricas y frases difíciles de entender la mayoría de las veces no significa que la gente que nos rodea deba tener la costumbre de no preguntar "¿qué significa eso?" o "¿qué ocurre?". Es más, siempre queremos y necesitamos que nos pregunten eso y más cosas, necesitamos que la gente que nos rodea y nuestros amigos, sepan cómo nos sentimos.
Esas frases metafóricas NO significan que todo está bien y que solo estemos jugando con la sonoridad de las palabras; NO jugamos con el sentido de una oración; NO buscamos enredar a las personas, solo buscamos decir lo que pensamos de forma correcta. Más aún cuando estamos pasando por malos momentos...